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DESPEDIDA AL PADRE DEL P. EUGENIO SÁNCHEZ. O.M.I.

Con un vivo recuerdo para nuestro hermano oblato, el P. Eugenio Sánchez, fallecido en agosto de 2003, participamos 4 oblatos (Otilio Largo, Amador de Lucas, Eutimio González y Juan Manuel Álvarez), en el funeral de cuerpo presente del padre de Eugenio. Se llamaba también Eugenio, como su hijo. Y ya había cumplido los 101 años.

El funeral se celebró el pasado 30 de octubre, en su pueblo natal, Valle de las Casas, en la provincia de León. Presidió la celebración su hijo Calixto, sacerdote diocesano de León, acompañado en la concelebración por 25 sacerdotes y numerosos fieles, venidos también de los siete pueblos que atiende Calixto.

Uno de los concelebrantes, compañero de curso y amigo de Calixto, que había atendido a su padre en los últimos días, nos dijo una breve y sencilla homilía, invitándonos a dar gracias  por la larga vida del difunto y por cuanto Dios le concedió a lo largo de sus muchos años. Resaltó la vida generosamente sacrificada de Eugenio a favor de los suyos, con frecuentes alusiones a la parábola del grano de trigo que cae en tierra y muere. El pueblo fiel se hizo eco de la misma idea y nos dijo cantando cantando: “Si el grano no muere y cae en el surco, no brota la espiga no nace el fruto”.

El canto final de la celebración fue un  Ave María, que el mismo Calixto pidió  como prolongación del canto a la Virgen que él cantaba con su padre todos los días, después de rezar juntos el Rosario. Al final, Don Calixto, en nombre suyo y en el de su familia,  abundó en agradecimientos para todos los participantes en la celebración.

Con emoción, recordando el funeral de su hermano Eugenio, que él mismo presidió allí mismo, tuvo sentidas palabras para los Misioneros Oblatos de María Inmaculada con los que su hermano Eugenio había gastado la vida al servicio de los pobres,  como nos pide San Eugenio. Y citando a San Eugenio,  -el mismo nombre de su padre y de su hermano, - que nos habla de la familia o “comunidad del cielo”, le pidió que interceda ante el Señor para que los dos Eugenio, padre e hijo, se incorporen a la nueva comunidad. Amén.

Con un buen grupo de los fieles, nos acercamos al cementerio para hacer más vivo el recuerdo hacia nuestro hermano el P. Eugenio. Allí está su sepultura, muy bien cuidada, en espera de un futuro traslado al cementerio de Pozuelo.

P.Eutimio OMI

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