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La Familia Oblata presente en el III Encuentro de Laicos y Religiosos en Mision Compartida


             El pasado sábado 5 de marzo y en  el colegio de Nuestra Señora del Recuerdo de los padres jesuitas de Madrid se celebró el III Encuentro de Laicos y Religiosos en Misión Compartida. El p. David Muñoz omi y Paco Cabello como representante de los laicos asistieron al mismo.

             Este año se fijó la atención en la formación. Como dijo el iniciador de estas jornadas, el Vicario para la Vida Religiosa en Madrid, don Elías Royón S.J., somos conscientes de que tanto laicos como religiosos necesitamos profundizar en la formación  por su repercusión en la vida y en la eficacia apostólica de los que comparten misión. Todos deseamos  ayudarnos para hacer provechosos los procesos de “misión compartida”.

              Por problemas de agenda Mons. Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid no pudo abrir la jornada, pero después de la ponencia marco expuso un perfil del cristiano en misión compartida mediante un decálogo que desde el mandamiento primero “Cristianos de verdad”, pasando por el sexto “ poner los pies en las huellas de Cristo”  concluía en el décimo “ amor hasta el extremo” “Cristo nos primerea en palabras del Papa “.

              La ponencia marco: “Qué laicado para qué misión compartida” fue desarrollada por p. Diego Molina, S.J.



              Es difícil concretar la misma en pocas líneas pero diremos que fue una reflexión sobre el significado eclesial de la vocación de los bautizados comprometidos en la “misión compartida“. Partiendo de la llamada del Concilio Vaticano II a la santidad del laico fue desgranando ideas como que el laico no puede conformarse con ayudar, compartir  o colaborar en tareas. La Iglesia existe para la misión y el laico es cristiano de pleno derecho. Por otro lado podemos vivir esta experiencia de la misión desde un carisma concreto y con la espiritualidad asociada al mismo. Para ello hay que hacer una reflexión teórica con el ánimo de enriquecer el carisma. Más aún, hay que estudiar no sólo el carisma del fundador sino el de los primeros discípulos que le acompañaron en el nacimiento del Instituto. Sobre este punto añadió que está pendiente una lectura laical del carisma y no sólo de la espiritualidad.


              Disertó sobre algunas características del laico como vocacionado (con una experiencia de fe), Identificado ( solidario con los que tienen su mismo carisma), Servidor ( responsable de la herencia recibida ), Inserto en una comunidad ( grupo donde se comparte vida y fe y donde se actualiza el carisma). Comprometido ( no colaborador en tareas, sino viviendo la misión).



             Terminó solicitando de nuevo una lectura laical de los carismas, el desarrollo de una pastoral de la vocación y un acompañamiento al laico en el proceso para la transmisión del carisma.

             A continuación por miembros de distintos Institutos se hizo una dinámica en la que se contestaba a distintas  preguntas: ¿Por qué compartir el carisma?,  ¿por qué compartir la espiritualidad ?, ¿formación conjunta?, ¿compartir un modo de mirar el mundo?, ¿compartir nuestro modo de relacionarnos con Dios?, ¿compartir cómo nos relacionamos con nosotros mismos ( crecimiento interior)?,  ¿compartir cómo nos relacionamos con los demás?,  ¿lo hacemos cómo Jesús (con los pecadores y excluidos)?

              Se habló sobre las condiciones para compartir el carisma, conocimiento mutuo, complementariedad, estructuras adecuadas y nuevas (no se echa el vino nuevo en odres viejos) y formación conjunta. Y se habló de las dificultades para compartir el carisma (versiones menores del mismo, formación incompleta, dar al laico solo algunas tareas, el laico solo está para ayudar, no conciliar la vida familiar del laico, etc.

             Como se puede ver, temas de actualidad que en la Familia Oblata estamos viviendo en estos tiempos. Hemos tomado buena nota y volvemos a emprender el camino que nos dote de unas estructuras sólidas.

             Antes del último acto de la jornada, mediante  la realización de un DAFO, una dinámica  se preguntó a todos los asistentes sobre factores positivos (oportunidades y fortalezas) que nos ayudan en  la formación  y factores negativos (debilidades y amenazas) que la dificultan.

              Para cerrar la jornada representantes de Institutos Religiosos con mayor recorrido al día de hoy expusieron los itinerarios que siguen para la formación de los laicos así como la formación de formadores. Salesianos, Hermanos de la Salle, Marianistas, Escolapios … fueron mostrando sus experiencias.

               También es justo decir que al comienzo de la tarde Álvaro Fraile nos deleitó con sus canciones llenas de espiritualidad a la vez que con su “sorna” nos despejaba en el siempre duro momento de la siesta.

Paco Cabello

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