Conscientes de la importancia y de la relevancia de nuestra vida y misión, los Misioneros Oblatos de María Inmaculada de la Provincia Mediterránea dedicamos, todos los años, una semana a la formación permanente. Ésta no hace sólo referencia al ámbito intelectual de nuestra vida, sino también a nuestra vida espiritual, religiosa, afectiva y misionera. Habitualmente, debido al número y a la diferencia de etapas vitales, estamos divididos en tres franjas de edad, de modo que podamos juntarnos y compartir experiencias. Este año, sin embargo, hemos realizado una formación a la que estábamos invitados todos los oblatos de todas las edades. Como ya se ha hecho costumbre en estos tiempos de covid-19, la reunión se ha desarrollado mediante internet, lo que nos ha ofrecido la posibilidad de juntar un número muy elevado de hermanos de todos los lugares: Italia, España, Rumanía, Senegal y Venezuela. Al mal tiempo, buena cara. Una novedad de este año ha sido la presencia de la familia oblata