El 3 de diciembre de de 1995, durante la homilía de la canonización de nuestro Fundador, san Juan Pablo II le denominó como un hombre del Adviento , quien no sólo esperó al Señor, sino que dedicó toda su vida a preparar a la gente para su venida, fundando un Congregación evangelizadora. Unos cien años después de aquella fundación, 22 hijos espirituales de san Eugenio vivieron el Adviento de un modo muy diferente a lo que ellos soñaban, pero dando el mayor testimonio posible de que todo lo que hacían en su vida cotidiana era decir: ¡Ven, Señor Jesús! Este fue el contenido del retiro celebrado a caballo entre Paracuellos del Jarama y Pozuelo de Alarcón el pasado 26 de noviembre, que reunió a un nutrido grupo de la familia oblata para hacer memoria de nuestros beatos mártires. Como empieza a ser costumbre, estos momentos de oración nos llevan a seguir sus pasos por el camino que recorrieron desde que los bajaron del camión, hasta que llegaron al lugar donde serían martirizados. De este