VISITA A OCAÑA El 26 de Diciembre, la Comunidad de Diego de León se desgajó alegremente en dos mitades, manteniendo el núcleo de la unidad. Es bella la reciprocidad en la vida comunitaria viendo que unos se alegran porque disfruten los otros. Después de celebrar intensamente la liturgia de Noche-Buena y Navidad con nuestra plural feligresía, fervorosa y vibrante, y compartir en Comunidad las sencillas delicias de la mesa, alguien, uno de tantos, dijo: “bien nos merecemos un refresco por tierras toledanas”. Y como el que sigue la voz de su amo nos apuntamos cinco, ansiosos de saciar nuestra sed por fuentes de OCAÑA. Allí, durante media hora, José María, Otilio, Teótimo, Ismael y un servidor, disfrutamos, contemplativos, más que de un Nacimiento, de toda una Historia de Salvación a través de un narrador con voz bien timbrada, un cambio de luces y sonidos perfectamente armonizados y de unos lugares llenos de sentimientos religiosos. El pueblo de Ocaña ha sabido montar