La vida es el don más precioso que parece que tenemos en las manos. Por eso, cuando se encuentran personas que ponen en segundo lugar ese don dejando primero la fe cristiana, nunca dejan indiferentes. Pero, ¿qué sucede cuando esa personas son de la propia carne y sangre? ¿Qué sucede cuando los Mártires son de la propia familia?
En este fin de semana del 16 al 18 de diciembre, en Pozuelo de Alarcón, ha tenido lugar un encuentro realmente conmovedor. Familiares de los Mártires Oblatos Españoles y Oblatos han compartido unos días cargados de emoción, de fe y de agradecimiento. El encuentro, que tenía por título "Mantener la memoria de los Mártires" ha llenado muchos corazones.
Los objetivos eran varios:
1.- Lograr reunir a familiares íntimamente ligados a los Mártires Oblatos.
2.- Intercambiar experiencia, sentimientos, información y objetos en torno a la figura de los Mártires.
3.- Recoger testimonios de primera mano de cercanía a los Mártires en vista a la elaboración de un documental en el que se presente la historia de los Mártires.
A juzgar por lo compartido al final del encuentro, en el que se podía palpar una alegría singular, se han logrado en buena medida alcanzar esos objetivos.
Muchos momentos a destacar: el primer encuentro en el que conocer a otros unidos por la sangre del martirio de los propios seres queridos, la peregrinación por la Casa Martirial, escuchar en los pequeños grupos la historia familiar de veneración al propio familiar mártir, conocer y celebrar la eucaristía en el mayor cementerio de mártires en Paracuellos del Jarama, el intercambio de material e información, las distintas ponencias y los momentos compartidos en modo sencillo y familiar.
Mención especial merece la participación en el encuentro del Superior General de la Congregación, p. Louis Lougen, y de dos miembros más de la Administración General, los padres Cornelius Ngoka y Warren Brown. Gesto precioso y significativo que transmitía que los Oblatos quieren estar con las familias de los Mártires desde el "corazón mismo de la Congregación".
Muchas conclusiones han surgido tras estos días. Como resumen, valdrían las palabras p. David López: "El regalo de los Mártires se ha convertido para nosotros, familiares y oblatos, en una responsabilidad. Hay que dar a conocer la belleza del testimonio de los Mártires Oblatos y del laico, padre de familia, Cándido Castán".
Por ello y por todo lo vivido en estos días hay que proclamar: "¡Alabado sea Jesucristo y María Inmaculada!". "¡Beatos Francisco Estaban y compañeros mártires, rogad por nosotros!"
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