La gracia es un regalo; mantenerlo vivo es un compromiso
Muy feliz fiesta de la Asunción de Santa María. Con motivo de esta alegría para toda la Iglesia compartimos el comienzo de la carta que el p. Provincial, Gennaro Rosato omi, ha escrito a los oblatos de la Provincia Mediterránea. Partiendo de esta Fiesta, se nos invita a reconocer que "la gracia es un regalo; mantenerlo vivo es un compromiso"; un instrumento bueno para comprometerse con la gracia recibida es el "proyecto comunitario".
«Como me gustaría poder comunicarte todo el consuelo que he experimentado en este hermoso día consagrado a nuestra Reina [...] Creo que la debo un sentimiento particular que he experimentado hoy, no digo que mayor que nunca, pero ciertamente mayor que de ordinario. No lo expresaré bien, porque comprende varias cosas; sin embargo, todas apuntan a un único objetivo: nuestra querida Sociedad. Me parecía estar viendo palpablemente que llevaba el germen de muy grandes virtudes, que podría realizar un bien infinito; la encontraba buena; todo me gustaba en ella, amaba sus Reglas, sus estatutos; me parecía sublime su ministerio, como lo es, en efecto. Veía en su seno unos medios de salvación seguros, incluso infalibles, tal como aparecían ante mí» .
Queridos Superiores y Hermanos Oblatos:
Sería un hermoso don del Cielo, que queremos pedir con fe, poder compartir el consuelo que Eugenio experimentó en el día consagrado a nuestra Madre y Reina. En esa ocasión, gracias a un toque de gracia de María, Eugenio advirtió, como nunca antes lo había hecho, la belleza y la bondad de nuestro Instituto misionero, vislumbrando en él un medio infalible de salvación para sus miembros y para los destinatarios de su ministerio.
Dentro de pocas semanas comenzamos un nuevo año pastoral. Podemos comenzarlo y vivirlo de muchas maneras. Os escribo con el deseo de contribuir a hacer crecer la conciencia de que somos depositarios de una gracia, que nos fue entregada y que debemos mantener viva, confirmando así la intuición que Eugenio tuvo hace 196 años.
La gracia es un regalo; mantenerlo vivo es un compromiso que será bendecido por el Señor si nos involucramos con confianza y generosidad personal y comunitariamente.
Para dar forma a este compromiso, os indico un camino muy concreto: cuidar la elaboración del Proyecto comunitario.
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