Francisco Javier Negro Casín nace el 3 de diciembre en San Sebastián. Es hijo de ferroviario, lo que hacía que, debido a los traslados y ascensos, los hijos nacieran en lugares diferentes de España. Junto a su mujer, Engracia, fueron nombrados Oblatos de Honor el 8 de marzo de 2010, título que siempre llevó a gala.
Javier vivió en Pozuelo desde el año 1934, por lo que conoció a la comunidad martirial, muchos de ellos hoy beatificados junto al laico Cándido Castán. En el año 36 se fue junto a su familia a Madrid, a pasar la guerra, pues Pozuelo de Alarcón era zona de frente. Regresó a Pozuelo y, de soltero, vivió en la calle, entonces del Generalísimo, número 11, misma calle donde se sitúa nuestro Escolasticado. Siempre tuvo un gran cariño a los oblatos y, con muchos de ellos, mantuvo una amistad personal, yendo incluso a sus primeras misas en sus pueblos de origen. En sus últimos años de vida, al no poder salir de casa por causa de la edad y de la enfermedad, la comunidad oblata de Pozuelo le llevaba la comunión. Él siempre preguntaba ¿quién viene hoy? Cuando sus hijos le preguntaban por qué lo preguntaba, él siempre respondía: «por saber, si me da igual, todos son de la familia Oblata».
Sus familiares y los que le conocieron lo definen con una palabra: era un hombre bueno. Descanse en paz.
Que Dios le tenga al lado de Engracia y de los Mártires Oblatos
ResponderEliminarUn abrazo grande y un sentido pésame a la familia oblata y la familia de sangre.
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