Una oblata honaria parte a la comunidad del cielo


El pasado 19 de marzo, solemnidad de San José, fallecía en Pozuelo de Alarcón (Madrid) Engracia Menéndez Fernández, oblata honoraria.

Tras 95 años de vida en los Engracia ha vivido un intenso amor a su familia de sangre y a su familia espiritual, los Misionero Oblatos, ha partido para el encuentro definitivo con Dios.

Engracia nació el 25 de abril de 1923, Madrid, en la Calle del Espíritu Santo. Bautizada en la Parroquia de San Ildefonso. Desde muy niña estuvo relacionada con los Misioneros Oblatos de María Inmaculada de Pozuelo de Alarcón.

Cuando los oblatos, a principios del siglo XX, decidieron abrir una casa en Pozuelo para poner el escolasticado, fue el padre de Engracia (Robustiano, se llamaba) quien les indicó que estaba en venta una casa muy apropiada para lo que los oblatos buscaban, la que se conoció después como Escolasticado de Nuestra Señora del Pilar.

Entre el padre de Engracia y el P. Vicente Blanco omi se entabló una relación de amistad y trato familiar con los oblatos, que ha llegado hasta hoy. Los oblatos de la comunidad visitaban de vez en cuando a la familia y la familia iba con frecuencia al convento.

Engracia tiene 13 años, y es alumna del Colegio de San José de Cluny, en Pozuelo de Alarcón, del que son Capellanes los oblatos. Y es también compañera de colegio de Teresa Castán Giral, hija de Cándido Castán, que será martirizado con 7 Oblatos, en la Casa de Campo, en la madrugada del 24 de julio de 1936.

El padre de Engracia será uno de los que, por dos veces, es llevado como prisionero a la Cárcel del Pueblo, en el convento de los oblatos.

Ella va a visitar a su padre, pero no le permiten entrar en la casa y tiene que limitarse a verle a través de una ventana. Sí puede ver, en cambio, más de cerca, cómo los milicianos quemaban en el patio de la entrada al convento, libros, sotanas y objetos religiosos sacados de la casa.

Esta relación entre Engracia y los oblatos no hizo más que crecer con el paso de los años. Llegando a poder afirmar que ella ha conocido a todos los oblatos españoles. Esta estrecha relación se la transmitió a su familia: a su marido Javier Negro (también oblato honorario) y a sus hijos Javier y Blanca, amigos entrañables de los oblatos. Además, hasta que su salud se lo ha permitido ha participado en los momentos celebrativos de la Familia Oblata.



En su última visita a España, el actual Superior General de la Congregación, el p. Louis Lougen omi la visitó en la residencia y pudo compartir con ella y su marido Javier, un momento entrañable de familia. 




Hoy, 20 de marzo, en su misa funeral y en su entierro, la Familia Oblata ha vivido su última despedida desde la esperanza cristiana. El p. Ismael García omi ponía en el corazón de Engracia la oración que Jesús hacía por sus discípulos en la Última Cena, "Padre que los que me diste estén conmigo y contemplen mi gloria", como la oración que Engracia estará haciendo por su familia y por su familia oblata.

Como le gustaba a San Eugenio recordar cuando fallecía alguno de sus oblatos, ahora nosotros reconocemos que tenemos una intercesora en la comunidad oblata del cielo. Descanse en paz.

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