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¡Hay que serlo para saber lo que es!

 


Con estas palabras expresaba us sentimientos san Eugenio de Mazenod justo después de su ordenación sacerdotal. Nuestro hermano Jeikov, al comenzar su primera misa decía a la gente: «desde aquí, la asamblea se ve de forma diferente. Es bueno cambiar de perspectiva para ver la belleza del Pueblo de Dios»


Esta belleza se hizo carne tanto en la participación en la Eucaristía de la ordenación, como en los preparativos llevados a cabo para celebrar la ordenación. Y es que, como se ha escrito alguna vez, la fiesta de una persona consagrada, bien sea en la Vida Religiosa o sacerdotal, es la fiesta de todos.

Desde la decoración, hasta la comida, pasando por el sonido, cada uno aportó su granito de arena para que en la celebración se viese el rostro de una Iglesia alegre, a pesar de las circunstancias difíciles del mundo que la rodea.

Con una sencillez solemne, bajo un hermoso cielo y a los pies de la imagen de la Virgen de la sonrisa, Mons. Ramiro Díaz Sánchez, nuestro querido obispo, impuso las manos a Jeikov para transmitirle el segundo grado del sacramento del orden.


En su homilía, a la par que nos enseñaba la misión del presbítero en la comunidad cristiana, se mostraba cercano con el ordenando y su familia, tanto de sangre como religiosa, al recordar los inicios de Jeikov en la fe, de la mano de sus abuelos y de los oblatos que acompañaron sus primeros pasos en la parroquia.


Entre ellos cabe destacar al P. Javier Álvarez Lodeiro, su padrino, quien fue el elegido para ayudarle a revestirse con las vestiduras que muestran su nuevo ministerio en la Iglesia.


Como en toda ordenación, hay momentos clave y emotivos, donde se destaca la llamada personal al candidato, la postración durante el canto de las letanías o la promesa de obediencia al obispo, de quien el presbítero ha de ser fiel colaborador. En todos estos gestos, tuvimos de trasfondo el Evangelio cantado por el P. Giovanny Nova, la pesca milagrosa, que termina con la invitación de Cristo justo después de la declaración de Pedro: ¡apártate de mí, que soy un pecador!


Ser conscientes de esta fragilidad humana es lo que une a todos los sacerdotes, por lo que se recibe al neopresbítero con un abrazo en el que se manifiesta la acogida en el orden, al mismo tiempo que la ayuda para mantenerse fiel a la gracia recibida.


Este 21 de enero de 2023 ha sido un día muy importante para la comunidad oblata de Venezuela, pues después de treinta años de entrega infatigable, a los muchos frutos con los que el Señor la ha bendecido, se ha unido el segundo oblato ordenado sacerdote, quien ha recibido su primera obediencia del Superior General, el P. Chicho, para trabajar por esos lares que le vieron nacer.


Al igual que en la pesca milagrosa, aunque en este caso fue carne y no pescado, hubo comida para todos los participantes, más de quinientas personas que acompañaron a Jeikov y su familia en esta ocasión tan especial en su vida. Este convite fraterno, construido mediante el compartir y la solidaridad de todos, fue signo de la abundante gracia derramada por Dios en esa mañana en Palogordo.


Querido Jeikov, ¡gracias por tu sí! Esperamos que el Señor te bendiga durante toda tu vida, deseando que en tu corazón se afiance la alegría experimentada en este día. Que al igual que en tu casulla, te acompañe siempre la protección de nuestra Madre, la Virgen de la sonrisa, llevando siempre a tu espalda, como un yugo llevadero y una carga ligera, el sueño de san Eugenio de Mazenod: «me ha enviado a enviar a los pobres; los pobres son evangelizados».


 






Comentarios

  1. Gracias Padre Alberto por su presencia en tan importante Celebración Sacerdotal.... Damos gracias a Dios y María Inmaculada nuestra madre, y San Eugenio,,,por este segundo Fruto de la Misión en Venezuela.. Alabado sea Jesucristo y María Inmaculada.

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