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Dejando huella en un pueblo de Málaga


Un grupo de misioneros de la familia oblata de España e Italia -sacerdotes, consagrados y laicos- ha realizado una misión popular en Villanueva de Tapia, desde el 27 de marzo hasta el domingo de ramos. Ha sido como revivir las misiones populares de nuestro fundador: confiando en la providencia y viviendo la belleza de la comunidad cristiana que evangeliza.


Ha sido un signo de unidad para nuestra provincia mediterránea y un signo de esperanza para la comunidad cristiana que nos ha acogido con alegría. El equipo misionero estaba compuesto por cuatro oblatos (Antonio, Lolin, Carmine y Francesco); dos comi (Andreina y Daniela); laicos de Málaga (Rosa, María Teresa, Lily y Belén); y un joven oblato de Madrid (Jesús).


"La misión en Villanueva de Tapia - habla el padre Lolin, misionero en Venezuela - para mí ha sido una experiencia de comunión fundamentalmente. En equipo hemos podido acceder a una situación de un pueblo bastante abandonado religiosamente. Ha sido un hermoso trabajo que evidentemente no puede llenar todas las necesidades pero que ha hecho renovar la fe en los cercanos a la iglesia y ha abierto caminos a los que están más alejados. Y especialmente para los que hemos participado en la misión ha sido un momento de gracia. Por eso creo que tenemos que seguir animándonos a trabajar en misiones populares que realmente pueden ser una gran ayuda a la iglesia actual."


Rosa Moreno, de la comunidad AinKarem, de laicos oblatos en Málaga añade: "Participar en una Mision es para mí un encuentro fuerte con el Espíritu Santo, dejarse llevar por su acción. Compartir con una comunidad que vive para el Señor. Participar con ellos en llevar a Jesús a un pueblo y ver como a poco se abre a la presencia del Señor."


Francesco Falbo, escolástico de Vermicino, dice que le ha llamado la atención el ser un equipo de gente diferente que comparte nuestro carisma en toda la Provincia Mediterranea. Y un pueblo pequeñito que descubrimos sediento de Dios.


Lily, una joven de la familia obalta de Málaga, dice: "Creo que solemos esperar grandes signos de Dios, pero, al final, Dios es como una lluvia que pasa desapercibida y cuando te quieres dar cuenta se ha mojado todo el suelo y estás empapado. Creo que Dios ha empapado estos días el pueblo y a nosotros. Esa es la grandeza de Dios, que no necesita grandes signos para hacerse presente".


Para Jesús Montero Linares, joven oblato de la parroquia de Aluche, ha sido la oportunidad de empezar a ser consciente de que te levantas por y para amar, sabiendo que Cristo resucitado, que venció en la cruz, te está esperando en cada persona que vayas a encontrar, y aunque falles, cada día es un día nuevo para intentarlo.




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