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... las ovejas atienden a su voz, y él va llamando por el nombre a sus ovejas y las saca fuera (Jn 10, 3)

 


Como cada año, el cuarto domingo de Pascua, domingo del Buen Pastor, la Delegación diocesana de juventud de Madrid organiza una vigilia por las vocaciones en la capilla del seminario diocesano. Desde hace tiempo, la Familia oblata anima una hora de ese momento de oración y este 2023 no fue una excepción


A medianoche comenzaba nuestro turno de vela ante el Santísimo, dando el relevo a uno de los arciprestazgos, quienes habían mantenido, previamente, esta presencia permanente ante el Señor.


Nuestra hora de adoración fue animada por los más jóvenes quienes, imitando al discípulo de menor edad, san Juan, prepararon un profunda y hermosa reflexión para los que allí nos citábamos.


Textos de san Eugenio de Mazenod a sus oblatos, bellos cantos bien interpretados y sugerentes preguntas hicieron que ese rato de oración resultara corto, ameno y, a la vez, significativo para los presentes.


«Hineni» es una palabra hebrea que puede traducirse como «heme aquí» o «estoy aquí». Esta expresión es utilizada en la Biblia para expresar la disposición absoluta del que la pronuncia a la total obediencia y entrega a la voluntad de Dios.
 

Y «hineni» es, precisamente, el nombre del grupo de jóvenes de Pozuelo que, junto al P. Alberto Costa, se encargó de que tuviera este contenido la oración de la Familia oblata durante la  pasada noche. En ella no solo pedimos por vocaciones a la vida religiosa de nuestra Congregación, sino que nuestros «heme aquí» nos ayudaron a recordar que todos tenemos una misión particular en la Evangelización de nuestro mundo.



Es más, en un momento determinado, nos invitaron a recordar a nuestros misioneros, especialmente a los que están lejos y en lugares difíciles, tal y como hacía nuestro Fundador, quien invitaba a todos sus hijos dispersos por el mundo a tener un rato de oración «ante nuestro centro común». De este modo, en el grupo que estuvo en la capilla estaban presentes todos aquellos que compartimos este hermoso carisma.


El poeta Jean Mambrino, en su poema Grâce escribe: «el desconocido al fondo de ti al que miras mirarte, habla a media voz, cuando se ha callado». Para nosotros, los cristianos, este desconocido tiene un rostro amable en Jesús, y le pedimos que nuestros jóvenes hagan vida el hermoso canto que anoche entonaban: 
«No tengo miedo Cristo, quiero ser la esperanza de tu Iglesia. 
Alegre apóstol que te muestre vivo. 
No tengo miedo, sé que estás conmigo».











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