Un nuevo encuentro entre María e Isabel.

Quién sabe cuántas veces el texto de La Visitación de María a Isabel fue una oportunidad de reflexión y meditación y luz para nuestro camino. Casi siempre hemos visto el episodio “del lado de María” de su disponibilidad, de su pronto ponerse al servicio de su prima. Desde ya un tiempo, quién sabe si por mi edad, veo siempre más este texto con los ojos de la reciprocidad. Un mutuo enriquecerse entre la experiencia de vida y fe probada de Isabel con su edad y entusiasmo y, deseo de seguir a Yahvé de María con su juventud.


Es algo parecido lo que pasó en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en este mes de julio. Donde nosotros oblatos latinoamericanos hemos vivido un encuentro de formación en preparación remota a los votos perpetuos. Éramos 13 oblatos: 8 posnovicios, provenientes de Paraguay, México, Perú y Brasil y, 5 “acompañantes” que veníamos de Guatemala, Brasil, Perú, Chile y Venezuela, pero por nuestra vida misionera en la Congregación llevamos en nuestra mochila y corazón: Paraguay, Brasil, Uruguay, EE. UU, Bolivia, Zambia, Argentina, Italia y mucho más.


Estas semanas fueron
“un constante encuentro” entre las dos experiencias oblatas intergeneracionales hechas por un lado de entusiasmo, expectativas, dudas, temores, esperanzas por parte principalmente de los más jóvenes y del otro, de experiencia comprobada de la fidelidad de Dios, cercanía de los pobres, orgullo oblato a partir de la historia, de nosotros más veteranos en el camino. 


La interrelación mutua creo que ha enriquecido a todo el grupo, dando esperanza a todos. A nosotros “más grandes” que hay todavía jóvenes que quieren donarse a Dios para evangelizar a los más pobres y a los jóvenes oblatos que ese camino es posible con la Gracia de Dios, la ayuda de los hermanos y el ponerse en un constante camino de conversión.


Todos los temas, las historias de vida de cada uno, la historia oblata y la realidad social de nuestras entidades, como también nuestra convivencia sencilla y cotidiana, los momentos de salidas turísticas y de esparcimiento fueron los ingredientes concretos de este enriquecimiento recíproco.


Sin duda, un momento particular fue el video-encuentro con nuestro Superior General. Lo que hemos experimentado también en esta oportunidad es que las palabras que se nos decían eran algo que animaban y cuestionaban a cada uno en su realidad. Cuando se nos hablaba de esperanza, de cercanía a los pobres, de ser constructores de comunidad, de ser disponibles a las necesidades de la Congregación, cada uno lo sentía una invitación a vivir en su realidad actual y en su momento en la Familia Oblata. Era justo el “aquí y ahora” con que P. Chicho inició su diálogo y comunión con nosotros.


Podemos decir que toda esta Experiencia fue oportunidad de formarnos mutuamente y animarnos a dar aquel todo que significa nuestro nombre de familia: oblatos. Oblatos para siempre, que Dios nos ayude.


Santa Cruz de la Sierra, 1 agosto 2023. 

Natalicio de nuestro Fundador, Eugenio de Mazenod.

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