Poesía de Baudilio Fernández
Testigos
“Viri gloriosi
qui ecclesiam sanguine suo plantaverunt
laudentur”.
De fuente bautismal manaron ríos de agua viva,
Hijos de Dios, hermanos de Cristo ensangrentado.
Torrente de sangre a fuego de balas asesinas.
Hora del alba. Grito de muerte. Todo consumado.
No saben lo que hacen, perdónalos, Señor.
Ebrios de odio, ignoran amanecer a nueva vida
Cuando el sudario de la muerte es oblación
A Quien con dolor de cruz cada día resucita.
Alba sombría. Aroma de lavanda provenzal.
En dolorosa piedad la Madre Inmaculada
Acoge el cuerpo del Hijo en tierra virginal.
He ahí a tus hijos oblatos en donación total.
Testigos de Cristo, despojados, libres las alas
Y vivos para siempre en la morada celestial.
Baudilio Fernández Álvarez
12. 12. 11
16, 30 h.
“Viri gloriosi
qui ecclesiam sanguine suo plantaverunt
laudentur”.
De fuente bautismal manaron ríos de agua viva,
Hijos de Dios, hermanos de Cristo ensangrentado.
Torrente de sangre a fuego de balas asesinas.
Hora del alba. Grito de muerte. Todo consumado.
No saben lo que hacen, perdónalos, Señor.
Ebrios de odio, ignoran amanecer a nueva vida
Cuando el sudario de la muerte es oblación
A Quien con dolor de cruz cada día resucita.
Alba sombría. Aroma de lavanda provenzal.
En dolorosa piedad la Madre Inmaculada
Acoge el cuerpo del Hijo en tierra virginal.
He ahí a tus hijos oblatos en donación total.
Testigos de Cristo, despojados, libres las alas
Y vivos para siempre en la morada celestial.
Baudilio Fernández Álvarez
12. 12. 11
16, 30 h.
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