El pasado mes de octubre una pequeña representación del grupo juvenil y misionero "Talita Kum" participó en el Congreso de la Procura de las Misiones Oblatas en Roma, Italia.
Gonzalo, uno de los protagonistas nos lo cuenta de primera mano.
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El pasado viernes 3 de octubre viajamos a Roma una pequeña comitiva
española. Desde el momento en que nos encontramos en el aeropuerto de Madrid
supe que comenzaba una experiencia inolvidable. Nosotros éramos los encargados
de representar a nuestros compañeros españoles en la Procura que se iba a
celebrar en la casa provincial de los OMI
aquel fin de semana: Mercedes Ossorio, Tino y yo, desde Pozuelo de Alarcón, presentaríamos
el proyecto de Talita Kum Pozuelo y
los cambios que se han llevado a cabo en la comunidad del municipio, y Evilio
Moran, desde Valladolid, daría a conocer la ONG presidida por él, AMYCO (Amistad y Colaboración Oblata).
Allí en Roma nos esperaba nuestra casa y nuestra familia italiana, y
nos lo hicieron sentir así mientras estuvimos con ellos. Aquello fue como unos
informativos intensísimos de noticias buenas, un telediario de lo que no se
cuenta normalmente en los periódicos ni en la televisión. Allí solo pudimos
encontrar a personas de todas las edades que habían decidido responder a una
llamada de Dios; aquel grupo de gente llegó cargado de ilusión por compartir
sus experiencias más humanas. ¡Cuánto me gustó aprender que ayudar a los demás
no es solo cosa de sacerdotes, sino también de laicos!
Cada uno de nosotros fue poniendo su granito de arena a un encuentro en
el que los protagonistas eran proyectos nacidos de la solidaridad de gente que
había decidido dejar de vivir para sí mismo y empezar a vivir por los demás. El
fin de semana me vino como una gran bocanada de aire fresco, aire que me llenó
de fuerza y me empujó a seguir con el proyecto que habíamos comenzado. La
convivencia oblata me llenó de energía, pues ahora sé que hay grandes personas
en Italia, rezando por nosotros y apoyándonos en nuestra misión, de la misma
manera en que nosotros lo hacemos por ellos.
Aunque los frutos del viaje ya empiezan a asomar a lo lejos del
horizonte con un futuro que se acerca pisando fuerte, no hizo falta llegar a
subir al avión de vuelta para ver algunos de los regalos que nos había dado
aquel fin de semana, pues terminamos la jornada del domingo conociendo al Padre
General, quien también nos llenó de ganas y entusiasmo por continuar. Además
hicimos una pequeña visita a San Pedro donde acabamos nuestra aventura rezando
ante la tumba de San Juan Pablo II, el Papa de los jóvenes, a quien pedimos su
intercesión por el grupo de adolescentes que formamos parte de este proyecto.
Los compañeros de viaje y estancia me renovaron por completo, y a
España llegó un Gonzalo distinto del que había partido tres días antes. Y es
que solo Dios pudo ser autor de una experiencia así (aunque las comidas y
dulces italianos también debieron de ayudar en el milagro, porque parecían
hechos por la mano de un ángel).
En definitiva, he vuelto a mi vida con intención de cambiar su rumbo; yo
ya no soy el protagonista de la misma, sino que en mi lugar he decidido poner a
los demás, y en concreto a los más necesitados y dispuesto a contagiar este
amor a quienes me encuentre en el camino. Si Dios quiere, el año que viene
podrá ir otro de mis compañeros a vivir esta experiencia y a contar que
habremos llevado a cabo nuestros propósitos y que a cambiar el mundo con los
chicos de Uruguay. Ojalá sea así.
Quisiera despedirme
dando las gracias a todos aquellos que hicieron posible esta experiencia y que,
sin saberlo, me ayudaron a crecer como cristiano, pero sobre todo como persona.
Y a Dios le agradezco profundamente que me haya llevado a Roma para poder
gritar desde Italia: ¡Yo soy Talitakum!
Gonzalo García
Presentación de Talita Kum durante el Congreso
Con Roma a sus pies
En la Casa General OMI con el p. Joaquín Martínez
El Superior General, LOUIS LOUGEN, conociendo a la comitiva
En la Plaza de San Pedro del Vaticano
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