Esfuerzos y sacrificios para la Convivencia Vocacional en Venezuela
“El que quiera ser de los nuestros, deberá arder en deseos de la propia perfección, estar inflamado en amor Nuestro Señor Jesucristo y a su Iglesia, y en celo ardiente por la salvación de las almas…” Así reza el prefacio de nuestras Constituciones. En sintonía con estas palabras, un grupo de 7 chicos han vivido la segunda convivencia vocacional en nuestro seminario San Eugenio de la misión de Venezuela, este primer fin de semana de junio, con el deseo de encontrar respuestas a las inquietudes que el Señor les suscita en sus corazones, y así, descubrir si quieren “ser de los nuestros”.
La actividad se desarrolló con mucha energía y disposición por parte de los jóvenes venidos del campo y de la misma parroquia Jesús Nazareno, donde estamos ubicados.
Esto representa un logro importante para la misión, que desde hace algunos años ha puesto como prioridad en su proyecto el tema vocacional. Pero también una conquista dentro del contexto de una larga profunda y terrible crisis sociopolítica que atraviesa nuestro país desde hace algunos años, y que se ha ido agravando sin atisbo de mejora alguna, en la que los actuales dirigentes tienen la mayor responsabilidad, si no toda.
Traer a 7 personas a la casa, implica preocuparse en demasía por el alimento y los bienes de uso básico que no se consiguen ni clandestinamente en estas últimas semanas.
En este contexto, y en consonancia con el Evangelio de la viuda de Naím resulta interesante sensibilizar a estos chicos con inquietudes vocacionales sobre las necesidades de los más empobrecidos, y empujarlos a vivir la aventura de ser un Misionero Oblato.
¡Chévere! Son ustedes, Oblatos y chicos, unos valientes. Me uno de corazón a esa mi querida comunidad de Palogordo y que María Inmaculada, nuestra "Buena Madre, os proteja y ayude. Cordialmente...
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