En nuestra congregación damos el nombre de primera oblación al día en el que emitimos por primera vez públicamente los votos de castidad, pobreza, obediencia y perseverancia. Es un momento especial para nosotros, pues culmina un primer momento de discernimiento personal y prepara de un modo especial para la formación teológica y misionera recibida durante los siguientes años, conocidos como Escolasticado.
Sabedores de nuestra debilidad y conscientes de la importancia de ser signo del Reino de los cielos en este mundo, confiamos más en la fidelidad del Padre que en nuestras propias fuerzas y capacidades, como destaco en su homilía el Provincial, P. Gennaro Rosato. Retomando sus palabras, pedimos al Señor que estos cuatro jóvenes sigan el ejemplo de María en su sí cotidiano al Padre, para ser discípulos de su Hijo con la ayuda del Espíritu.
Cabe destacar también de este día su ser signo de la Inter nacionalidad de nuestra Provincia Mediterránea y, por lo tanto, de la presencia de nuestra querida Congregación en tantos lugares del mundo. Un rumano, Petru, un italiano, D. Rosario (ya sacerdote) y los dos españoles mencionados, representan esa humanidad nueva querida por el Señor donde no hay razas ni fronteras, pues todos somos hermanos, hijos del mismo Padre.
Agradecemos este don y pedimos al Señor poder corresponder a tanta generosidad, para que se cumpla su deseo expresado a través del carisma de san Eugenio de Mazenod: los pobres son evangelizados.
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