Peregrinación por el Madrid de los mártires
El pasado 27 de noviembre, un día antes de la memoria litúrgica de nuestros mártires oblatos, nos reunimos para realizar el ya tradicional retiro en el Territorio español de nuestra Provincia.
Acompañados y guiados por el P. David López Moreno, autor del libro El sueño de las espigas, el retiro de este año tomó la forma de una peregrinación por los lugares donde estuvieron refugiados y encarcelados los oblatos que sobrevivieron al asalto del Escolasticado de Pozuelo en Julio del año 36. En concreto fueron casi cuatro meses de incertidumbre y angustia por diversos lugares de la, entonces convulsa, capital de España.
Comenzamos en Moncloa, donde estuvo una de las cárceles más temibles de la época y de donde salieron nuestros últimos trece mártires hacia Paracuellos para ser asesinados. Queda como recuerdo, en lo que ahora es un edificio circular, unos ladrillos en forma de cruz en memoria de tanto sufrimiento, con el deseo de que no vuelva a repetirse.
Aunque en un sentido diverso al cronológico, por motivos logísticos, el P. David nos guió sabiamente por otros lugares desconocidos para nosotros: desde la dirección general de seguridad, a la casa del sastre donde tantos oblatos fueron acogidos aún a riesgo de las vidas de aquella heroica familia.
Igualmente pudimos conocer tanto la pensión donde se alojaron en algunos momentos, como otra de las temibles cárceles del momento, la de san Antón, donde tan cruelmente eran torturados los religiosos.
No faltó una mención especial a nuestro laico beato, Cándido Castán, de quien veneramos, entre otras cosas, su piedad a la Santísima Eucaristía ante el edificio donde nunca faltó a su compromiso con la Adoración nocturna.
Lugares que nos hablaban de personas de fe, cada uno con sus cualidades personales, quienes supieron dar un valiente testimonio cristiano en medio de una terrible persecución religiosa.
Para que no perdiéramos la esperanza en la fuerza de la bondad, incluso en circunstancias donde parece no estar presente, anécdotas como la de policías que intentaban ayudar a los religiosos, o la de ese ancianito que guió a dos incautos muchachos hasta la casa de un primo en la otra punta de la ciudad salvándoles la vida, nos recordaron la presencia amorosa de la Providencia.
Terminamos nuestro retiro peregrinante celebrando la Eucaristía en nuestra parroquia de Diego de León, comunidad oblata más antigua en España y donde vivió el P. Francisco Esteban, quien encabeza el grupo de oblatos beatificados el 17 de diciembre de 2011.
Fue un día lleno de la gracia de Dios en el que nuestros mártires nos ayudaron a crecer en la fe, en la esperanza y en la caridad, haciéndonos conscientes de la necesidad de la vida en comunidad para alcanzar la santidad a la que Dios nos llama.
Comentarios
Publicar un comentario