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Un oblato en la Feria del Libro

 


El pasado 31 de mayo se inauguraba en Madrid la 83 Feria de Libro, dedicada a la ración existente entre la lectura y el deporte. En su web podemos leer: «No hay género literario que sea ajeno al deporte, y (a falta de un recuento más completo), podemos aventurar que no hay disciplina deportiva que no haya propulsado la creatividad de los autores, sea regalándoles un tema, un protagonista, sea fortaleciendo su cuerpo y su mente para afrontar el reto de la página en blanco. Por no hablar de todos aquellos deportistas que, por razones diversas, han decidido compartir su biografía y experiencias, ricas casi siempre en lecciones de superación y vida». Estas palabras son fácilmente aplicables al oblato que se ha "colado" este año en la Feria.


No nos estamos refiriendo al P. Alberto Ruiz González, autor del libro El beato Mario Borzaga y los mártires de Laos, quien pudo firmar ejemplares del mismo en la caseta de Ediciones Encuentro durante algo más de una hora y media.


Tampoco al P. Antonio Diodati, quien tal vez por el lema de la Feria, o por un guiño a su paisano mártir, se acercó en bicicleta hasta el evento.


Nos referimos, claro está, a nuestro querido Mario Borzaga, amante de la lectura, del deporte y, sobre todo, de Jesús de Nazaret, a quien imitó hasta en su entrega de la vida. Es bien sabido, como deja anotado en su Diario, su gusto por practicar y seguir los acontecimientos deportivos de su época. De hecho, en 1959, al llegar a Luang Praban se interesa por consultar un periódico dejándonos una curiosa reseña sobre le vencedor del Tour de Francia de ese año: «un tal Federico Bahamontes».


Fueron varias las personas que se acercaron a la caseta 196: algunos de la Familia Oblata, familiares y amigos de Alberto, pero también otras personas "anónimas" para nosotros, quienes a partir de ahora podrán conocer algo de nuestro carisma. El bien se difunde en cada pequeña ocasión y en cada pequeño encuentro, y una mujer que se acercó sin saber muy bien a qué se llevó un libro con cariño, pues su padre, ya fallecido, había sido militar en el Sáhara y era buen amigo de Mons. Félix Erviti, omi.


Es nuestro deseo que en una cultura como la nuestra, tan deportista y, a la vez, tan poco interesada por lo espiritual, nuestros mártires de Laos contribuyan a que no se deje incompleto el famoso aforismo de Juvenal:«mens sana in corpore sano». Y es que todos solemos comernos el inicio de esta archiconocida frase, que reza en realidad:«Orandum est ut sit mens sana in corpore sano» (Debemos orar por una mente sana en un cuerpo sano). Ciertamente, sin la parte espiritual, el ser humano estará siempre incompleto.


En este sentido, el P. Alberto ha compartido con nosotros que, mientras estaba en la caseta, hojeó algunos de los libros de la editorial. Se interesó por uno de Christian Bobin y, al abrirlo, encontró la siguiente reflexión que transcribimos, la cual llamó su atención por coincidir este día con la solemnidad del Corpus Christi: «Más que la tapicería floral de las calles, me impresionaba el extraño nombre de la festividad: Corpus Christi. Abría en el lenguaje cotidiano una brecha por la cual creía entrever el esplendor abandonado de lo invisible que nos rodea. Entonces no sabía que nada está más cerca del cielo que lo banal, y que el Dios verdadero es aquel que despreciamos, por el que no engalanamos las calles». La vida del beato Mario Borzaga nos enseña a amar a ese Dios que habita con nosotros en lo cotidiano y lo sencillo.















Comentarios

  1. Enhorabuena.Alberto tu presencia ha tenido que hacer
    Mucho.bien

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  2. Por lo q he leído, la firma ha ido bastante bien. Incluso personas q no tienen q ver con los OMMI. M alegro
    Eres un crack

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  3. Un tio grande! Hace falta oblatos de todos los tipos. Aquí tenemos a un deportista deboralibros pero que también los escribe. No los cansemos de buscar nuevas formas de evangelizar y seamos valientes para llevar a los mas pobre y abandonados el testimonio de cristo ya sea con el ejemplo de los martires y el de nuestras propias vidas.

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  4. Otro éxito, como todo lo que tocas. Esas manos que diste en en la primera foto son capaces de transmitir mucho simplemente con mirarlas, cuanto más cuando son capaces de escribir tan extraordinario libro. Gracias por escribirlo

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