CARTA JOMI APARECIDA 2013

CARTA JOMI-APARECIDA
Queridos amigos.
Saludos desde Aparecida (Brasil)

Esta experiencia ha estado plena de energía inspirándonos, enriqueciéndonos y también desafiándonos. Nuestro Superior general nos ha llamado a vivir nuestra fe de una forma más activa y encarnar a el carisma oblato en nuestras situaciones cotidianas. Nos animó mucho ver las muchas maneras de expresar nuestra fe católica especialmente cantando, danzando vistiendo con ropas tradicionales durante la Misa. Nuestra celebración de la Eucaristía nos ayudó a darnos cuenta mejor de nuestra comunión entre nosotros tal como vivimos juntos en el mismo hotel como una familia.
Querido joven. Busco llegar a vos para hacerte saber de un gran amor, un amor que no excluye a nadie y se extiende a todos. Durante estos últimos días, nosotros, como una gran familia oblata, experimentamos constantemente y de diversas formas un encuentro salvador con JESUCRISTO. Diferentes culturas y razas en comunión, bajo un mismo espíritu, compartimos el gran don de nuestro carisma oblato. Cristo joven, vibrante y alegre, se hizo presente e cada uno de los momentos. Una bienvenida que nos hacía sentir en casa, la convivencia fraterna multicultural, un Via Crucis que nos invitó al compromiso y la acción como misioneros oblatos. Y una transformadora catequesis en la cual el Padre General nos recordó que el centro de nuestro carisma está el sentirse amado por Dios para tratar al prójimo como nuestro Hermano.
.Queremos concluir nuestra carta dando las gracias, en primer lugar a Dios, San Eugenio y María Inmaculada que han derramado una lluvia de gracia para todos nosotros. Gracias a todos los oblatos y laicos de Brasil que han trabajado tanto para acogernos y organizar este encuentro. OBRIGADO. Gracias a nuestro Padre General que nos ha regalado su catequesis, sus homilías y su presencia. Llevamos en nuestros corazones lo que nos dijo y queremos encarnarlo en nuestras vidas. En fin, gracias a todos y cada uno de los que rezaron por nosotros y a todos ustedes jóvenes. Con ustedes y con San Eugenio, queremos abrazar a Cristo y su misión.
Oremos a San Eugenio: que también podamos sentir ese
amor desinteresado en la santa cruz, danos valentía para experimentar con
caridad los dones que recibimos antes incluso de nuestro nacimiento y que
nuestra Madre, María Inmaculada, nos fortalezca para ser fieles a Jesucristo.
Que San Eugenio, corazón que abrazó todo el mundo, nos auxilie a ser una gran
familia misionera que anuncia la buena noticia a los pobres y abandonados para
que conozcan la fuerza del amor de Dios. Amén.
Comentarios
Publicar un comentario