Una Congregación en salida hacia las periferias


Con el tercer día de reunión podemos decir que atravesamos el ecuador de la sesión conjunta. Día de trabajo intenso. Gran parte de la mañana la pasamos respondiendo a estas preguntas: Ante la invitación del Papa Francisco de ser una Iglesia en salida hacia las periferias, ¿cuáles son las periferias a las que tenemos que “salir”? ¿Qué riesgos tenemos que tomar? ¿Qué puede ayudarnos? ¿Estarías dispuesto personalmente a aceptar esos riesgos? Apoyándonos en el trabajo previo realizado por la CEM (Comisión europea de la Misión) y presentado por el P. Francesco Volpintesta y después de haber escuchado el testimonio del P. Leo Philemon que trabaja en la periferia de Dublín, nos lanzamos a compartir nuestros pensamientos que se iban anotando. No sé si los pensamientos fueron tan caóticos como la pizarra parecía demostrar al final de la sesión. Pero desde luego hubo ideas interesantes.

Dando un paso más, en la sesión de la tarde comenzó el tiempo de aterrizaje. Nos preguntamos: de los dos temas tratados hasta ahora ¿cuáles son los pasos concretos que podemos dar como Región Oblata de Europa y qué podemos proponer a los Provinciales de la Región y al Gobierno Central?

En cuanto a la acogida de los oblatos que vienen a Europa procedente de otras Regiones se propuso elaborar una política general para la Región que contemple todos los aspectos del intercambio de personal: formación de los que son enviados y de las comunidades que reciben; elaboración de planes misioneros concretos; los aspectos legales como son contratos y obediencias... También se sugirió la posibilidad de abrir nuestra Región a oblatos en formación primera de otras Regiones para su experiencia pastoral. Después de un primer encuentro entre los oblatos que proceden de otras Regiones se pidió celebrar otro encuentro pero esta vez con la participación de oblatos europeos para seguir compartiendo y aprendiendo. Por último, se pidió que el Gobierno Central esté más implicado en los movimientos de intercambio de personal.

En cuanto al segundo tema, salir hacia las periferias, se sugirió que la CEM estudie y defina mejor cuáles son las posibles periferias o prioridades misioneras que los oblatos deberíamos atender (se señaló la migración y la juventud entre otras). También se pidió que cada Unidad Oblata y cada comunidad local evalúen su misión para que responda más a la invitación del Papa, insistiendo en que se haga un verdadero discernimiento comunitario. Una propuesta pedía que se liberaran oblatos para tener un año de experiencia misionera en otras Provincias de la Región para tener así un número de oblatos que estarían preparados a iniciar una experiencia multicultural en Europa… Como se ven propuestas no faltan. Tocará a los provinciales concretar el modo de llevarlas a la práctica, con el acompañamiento del Gobierno Central

La jornada de trabajo quedó concluida con la presentación de la nueva campaña de solidaridad oblata que fue presentada por el Ecónomo General, P: Marc Dessureault. Campaña que se enmarca en el segundo año del Trienio Oblato en el que cada oblato está llamado a renovar su vida de pobreza evangélica. Solidaridad oblata, en este caso para la formación primera. Hubo una serie de propuestas muy concretas y seguramente cada Superior mayor hablará con el gobierno central para ver cómo responder a esta nueva llamada a la solidaridad.


Cada día un oblato es invitado a hacer un pequeño resumen de la jornada. En esta ocasión se nos recordó que no podemos hablar de periferias sin hablar del centro. ¿Cuál es nuestro centro? En la oración de la mañana se nos dijo que nuestro centro es la cruz (C.4), es decir, Jesucristo es el centro de nuestra vida y misión. Y es él el que nos envía a salir, a ser una Congregación en salida hacia las periferias. En la Eucaristía, celebrada en la capilla de Emaús en la que hay una gran lona con la imagen de los mártires oblatos de Pozuelo, se nos invitó a mirar a estos mártires que nos están acompañando silenciosamente con su testimonio y pensar en todo lo vivido este día a la vez que pedimos perdón por nuestra falta de valentía para responder a los nuevos retos misioneros que se nos presentan. Y a la puesta del sol, se puso a llover. ¿Será el agua de Abril que fecunda la tierra en primavera un signo de una nueva primavera para los Oblatos de Europa?


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