A mediados de septiembre las Misioneras Oblatas de María Inmaculada celebraron su veinticinco aniversario en nuestra casa de Pozuelo. Muchos fueron los participantes que disfrutaron de este tiempo de gracia, signo de todos estos años de andadura. Algunos de ellos han querido compartir con nosotros su vivencia. Se lo agradecemos de corazón.
“Una de las palabras que más resuena en nosotros es la palabra "familia" y que cada persona que estuvo presente en este fin de semana jubilar forma parte de la gran Familia Oblata. Las Oblatas - después de sólo 25 años de existencia - forman ahora parte integrante de esa familia y con su inspiración, energía, entusiasmo y genio femenino ya han enriquecido y realzado esa familia. Confiamos en que el proceso que se inició durante este encuentro siga desarrollándose y que este impulso lleve a la familia oblata hacia el futuro. Como en un mosaico, cada piedra es importante para formar el conjunto. Para resumirlo con las palabras impresas en las camisetas, ofrecidas y llevadas por muchos durante el fin de semana: "¿Dónde está tu corazón? Eleva tu corazón a Dios". Queridos Oblatas: Muchas gracias por un fin de semana maravilloso e inspirador que seguirá resonando en nosotros”.
Elsi y Frank Rautenberg, padres de Theresa Rautenberg OMI
“El encuentro del fin de semana pasado fue un regalo. Preparando con nervios e ilusión el testimonio que iba a compartir con los asistentes, me acompañaba en la oración qué importantes han sido las oblatas en mi vocación y cómo desde que conozco el carisma oblato me he encontrado en casa. Resumiría el encuentro como un fin de semana en familia y una confirmación de qué grande es la familia oblata y cuánto me ayuda a seguir creciendo en el carisma conocerla. Poder compartir entre todos, de diferentes vocaciones y países, nuestros puntos de vista sobre el genio femenino nos ha enriquecido. Compartirlo con Marcos ha sido otro regalo. En nuestro noviazgo siempre ha estado presente el carisma oblato y esa inquietud misionera a través de las oblatas, el grupo misionero y las experiencias misioneras. El encuentro nos ha dejado poso y mucha oración y conversaciones sobre cómo materializarlo ahora en nuestro matrimonio. Gracias a las oblatas y a toda la familia oblata”.
Paula Manzorro, del Gr. Misionero de las Misioneras Oblatas de MI
“Querida familia Oblata: Lo vivido este fin de semana ha sido, una experiencia enriquecedora que me ha servido para profundizar en el conocimiento del carisma Oblato. El amor a María Inmaculada la mujer más importante de la historia, y el carisma de San Eugenio, llevó a un grupo de jóvenes mujeres, intrépidas, valientes, decididas, y siempre con una sonrisa en los labios, a fundar la Congregación femenina de Misioneros Oblatos. Conocer en primera persona todas las dificultades que tuvieron que pasar para cumplir su objetivo para mí, ha supuesto un impulso que espero me ayude a ir superando las adversidades que puedan surgir en la vida. Gracias, gracias de corazón por invitarme a compartir la clausura de vuestro Jubileo. María Inmaculada y San Eugenio os protejan para continuar
con vuestra Misión”
Maribel- parroquia de San Diego (83 años)
“Dios tiene sentido del humor.
- Al principio, 8 chicas jóvenes se instalan en Pozuelo. ¿Están locas o inspiradas -sin saberlo- por el Espíritu?
- 25 años después, en el mismo lugar, ya no son 8, sino que somos 80. He aquí la familia oblata reunida. Dios tiene sentido del humor.
- Al principio, algunos oblatos de la casa de al lado -entre ellos Chicho- las acompañan, "siempre un paso atrás"...
- 25 años después, Chicho preside la misa de acción de gracias... ¡como Superior General! ¡Y con una homilía también inspirada por el Espíritu! He aquí la familia oblata enviada.
Como muchos, he sido muy conmovido por este Jubileo; será un hito en la historia de las Oblatas y de la familia Oblata... Porque no lo olvidemos: ¡Dios tiene sentido del humor! Muchísimas GRACIAS por la invitación y por toda la organización!”
Jacques Langlet, misionero oblato de M.I., hermano
“Desde hace varios años sentía la necesidad, por motivos personales, pero no solo por eso, de pararme a reflexionar sobre el delicado tema del carisma oblato encarnado en la mujer. Estoy contenta de esta oportunidad creada por las Oblatas, que no sólo ha abierto un lugar para la discusión, sino que también ha iniciado un proceso y un camino que espero pueda convertirse en un campo permanente de búsqueda en la reflexión oblata sobre el carisma. Dos cosas me tocaron positivamente. La primera fue la presencia de mujeres de diferentes edades, estados de vida y procedencias lo que, sin duda, aportó riqueza a la reflexión a nivel espiritual, sino también a nivel cultural y psicológico. La segunda fue la presencia del superior general y de Oblatos de diferentes provincias europeas, que se metieron en el diálogo sobre temas que claramente tienen a la mujeres como principales protagonistas, pero que necesitan ser valorados a través de la complementariedad. Ahora es necesario trabajar para que la chispa encendida durante estos dos días se convierta en fuego”.
Angelica Ciccone, laica oblata (Italia)
“Participar en la clausura del jubileo de las Oblatas fue para mí la ocasión de agradecer al Señor su presencia en la gran Familia Oblata. Tuve la oportunidad de conocerlas mejor y apreciar su manera de encarnar el carisma oblato, como mujeres consagradas en la sociedad y en la Iglesia de hoy. Me gustó especialmente el lema con el que dieron vida al camino de este año, "Dando vida al corazón de San Eugenio", y cómo consiguieron implicar en este camino a diferentes realidades: laicos, religiosos y consagrados. Para mí, COMI, fue bonito experimentar la complementariedad de nuestras vocaciones y la contribución que cada una puede dar a la encarnación del carisma de San Eugenio”.
Andreina Gambardella, COMI
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