¿Signo de rendición o de esperanza?

28/05/2012 Provincia Mediterránea - visto en www.omiworld.org

Fue una tarde muy ocupada en la casa oblata de Vermicino (Roma) que fue testigo del nacimiento el 20 de mayo de la nueva Provincia Mediterránea, compuesta por las antiguas provincias de España e Italia y por sus respectivas delegaciones y misiones: Senegal, Venezuela, Uruguay, Rumanía y Sáhara.

La primera parte estuvo dedicada a mostrar a los muchos miembros de la Familia Oblata presentes los distintos campos de la misión oblata en que han estado comprometidas hasta ahora las dos antiguas provincias: evangelización y secularidad, evangelización y jóvenes, evangelización en el extranjero, evangelización y los pobres.

Hubo entonces una celebración de la Eucaristía en los idiomas que se hablan en los territorios de la nueva provincia: español, rumano, francés e italiano.

Al comienzo de la celebración, los dos ex-provinciales de Italia (P. Nicola PARRETTA) y España (P. Otilio LARGO) se dirigieron a la asamblea. Éste último afirmó que durante estos años que han llevado a la unificación, ha tenido la clara sensación de estar siendo guiado por el Espíritu. El primero subrayó que es, ciertamente, un momento de gran gozo con posibilidades entusiasmantes, incluso si supone que todos dejen algo del pasado. Añadió: “Ahora depende de nosotros vivir de acuerdo a la expresión de San Ignacio de Loyola: ‘Reza como si todo dependiera de Dios y trabaja como si todo dependiera de ti’”. De estas sentencias resulta claro que, aunque la unificación de las dos provincias pueda haber sido resultado de la disminución de sus miembros, abundan los signos de esperanza.

El Padre Louis LOUGEN, Superior General, leyó entonces el Decreto de Erección de la nueva provincia, añadiendo al final con una pizca de humor: “Yo no soy el autor de este matrimonio, sino solo el celebrante”.

En su homilía, comentando la frase del Evangelio de la Solemnidad de la Ascensión, “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio a toda criatura” (Marcos 28, 19). El P. Loius, entre otras cosas, dijo: “Como Oblatos de María Inmaculada, nuestra vocación misionera tiene su origen en estas palabras de Jesús. Oímos este llamamiento y buscamos responder a él con todo nuestro ser. Como nuestro Fundador, San Eugenio de Mazenod, tenemos experiencia personal del amor gratuito e incondicional de Jesús Salvador en nuestras vidas (...). Ustedes, los Oblatos de Italia y España, tienen el espíritu de Eugenio de ardor valiente para escoger la vida y para buscar nuevos modos de responder a la realidad presente. Ustedes han hecho esto para mantenerse fieles al carisma oblato”.

La celebración estuvo enriquecida con muchos gestos simbólicos. Al comienzo de la misa, se llevó al altar la carta de uno de los mártires españoles. Durante el ofertorio, por otro lado, se llevó una planta de fresas, símbolo de la unión de las provincias de España e Italia. Esta planta mediterránea es, en realidad, el símbolo de la ciudad de Madrid y también, según el poeta italiano Giovanni Pascoli, símbolo de la bandera italiana, debido a sus inusuales características de tener al mismo tiempo las hojas verdes, con flores blancas y fruto rojo. En la tierra alrededor de esta planta presentada durante la celebracion se mezcló tierra proveniente de las primeras dos comunidades en España e Italia: Diego de León y Santa María a Vico. Luego se presentaron el pan y la miel, símbolos de la tierra prometida.



El P. General dio también las primeras obediencias para la Provincia Mediterránea a los padres Enzo MACCHIA y Lucian BOSOI y al hermano Valentin VRINCEANU. Como sorpresa, también dio una nueva obediencia: al P. Saverio ZAMPA, actualmente en la comunidad de Vercelli, que será el primer superior de la nueva comunidad de Aix-en-Provence.

La celebración concluyó con un saludo y unas palabras de agradecimiento del P. Albert GNEMMI, nuevo y primer provincial de la Provincia Mediterránea: “La Eucaristía recién acabada resume el significado de este momento. Nos habla de la unidad del cuerpo. Dios, que de dos pueblos hace uno, nos está llamando: a recordar a Jesucristo, que es nuestro tesoro y a quien desea el mundo, sin incluso haberse encontrado con él, en el rostro de una Cristiandad que, admitámoslo, a veces está falta de aire”.

Trabajando con el P. Gnemmi se hallará su Consejo Provincia: padres Gennaro ROSATO, Ismael GARCÍA, Adriano TITONE, Eutimio González, Aldo D’OTTAVIO, Alberto Ruiz y Ciro ANDREOZZI.

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