“Vuelve a tu casa y cuenta lo que Dios ha hecho contigo”. Y él se fue publicando por todo el pueblo lo que Jesús había hecho con él. (Lc 8, 39).
Entre los días 16 y 21 de noviembre ha tenido lugar el encuentro anual de la Comisión Europea de Pastoral Juvenil y Servicio Vocacional, al que he acudido como representante de los Jóvenes Oblatos de España. El encuentro tenía como objetivo conocer las realidades pastorales de cada país y empezar a preparar futuros encuentros europeos. Durante estos días nos hemos reunido tanto jóvenes (durante el fin de semana), como oblatos de distintos países.
Y si tuviera que resumir estos intensos días en una palabra probablemente me inclinaría por decir “amor”. Suena muy abstracto, muy recurrente, muy típico. Y sin embargo no tiene nada de normal.
Los momentos ante el Sagrario han supuesto un auténtico regalo. Me quedo con las oraciones y con
las eucaristías, donde se intentaba que apareciesen todos los idiomas de las personas que estábamos allí, y se tenía presente que el idioma universal que nos unía a todos es el del amor, el que Cristo nos enseñó dando la vida por todos y cada uno de nosotros. Nunca me viene mal poner un poco la rutina en pausa y dedicar un poco más de tiempo a Dios. Me he sentido acompañada por Él en todo momento, al rezar, al hablar en las reuniones, a través de los demás… ¡Me he pasado el fin de semana y los días de después dándole gracias por el regalo que ha supuesto poder disfrutar de esta experiencia!
También me quedo con el carisma oblato, que incluye pasar días en comunidad (con muchísimas risas, juegos, cantos, compartiendo comida típica…) y dedicar a Dios cada cosa que hacíamos. Me quedo con dos momentos especiales, el primero cuando el sábado por la noche nos dedicamos a cantar (incluidas canciones que se cantan a veces en la eucaristía) en todos nuestros idiomas. Me conmovió mucho que cada vez que alguien pedía que cantásemos una canción, todos querían saber el título para buscar la letra y poder ayudar a cantar. ¡Aunque fuera en un idioma desconocido! El segundo momento fue un compartir que tuvimos los jóvenes donde hablamos sobre el origen, las razones y las bases de nuestra fe y por qué y a dónde lleva tener una relación con Jesús, que me ayudó mucho tanto para reflexionar y dar gracias como para conocer a los demás y aprender de ellos. Y por supuesto me llevo en el corazón y en la oración a cada una de las personas que allí estaban, que me han ayudado a seguir profundizando en el significado de estar unidos en la fe.
Como decía, poder disfrutar del encuentro ha sido un auténtico regalo que Dios me ha hecho, y como el mismo Jesús dice en el Evangelio: “Vuelve a tu casa y cuenta lo que Dios ha hecho contigo”. (Lc 8, 39).
Belén Cazorla Álvarez
De los Jóvenes Oblatos de Aluche (Madrid)
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