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Unidos en Asamblea

 


La constitución 108 de los Misioneros oblatos de María Inmaculada reza del siguiente modo: «Para una mejor participación de todos en la vida y misión de la Provincia, el Provincial en consejo organizará por lo menos una vez durante su mandato, teniendo en cuenta las necesidades y posibilidades, un congreso o asamblea de la Provincia, para promover un enfoque común y fijar los principios comunes que sirvan de guía en la misión».


Fiel a este mandato, el P. Gennaro Rosato, actual provincial, junto a su consejo, convocaron una Asamblea durante este mes de noviembre, la semana del 13 al 17, en Sassone (Roma). Fue un momento de encuentro fraterno y reflexión, de consulta y de oración, con el fin de seguir discerniendo la voluntad de Dios respecto del cuerpo apostólico formado por los oblatos que componen la Provincia Mediterránea.  


Para hacernos conscientes de que estamos aislados, como si de una mónada se tratara, pues pertenecemos a una Congregación presente en más de 70 países, se hicieron presentes entre nosotros los PP. Alberto Gnemmi, consejero general, y Félix Rehbock, actual provincial de la Provincia centro europea y presidente de la CIE (comité integrado por los provinciales oblatos de Europa). Este último, con su habitual simpatía y su buen español, aprendido en los años 90, nos invitó a mirara con esperanza al futuro y, sobre todo, a escuchar a los oblatos jóvenes, quienes no sólo llevarán adelante la misión, sino que ya soportan gran parte del peso de la misma.


En una asamblea hay tiempo para todo. Para dialogar, discutir, confrontar, compartir, conocer, orar... . Tiempo de gracia en el que, al estar juntos los que habitualmente viven dispersos, se da ocasión de ver la realidad que otros ven, para comprenderles mejor y tenerles más presente en la mente y en el corazón. Es el caso especial de nuestras misiones, siempre invitadas de un modo especial y que hacen el esfuerzo de participar recorriendo, para ello, miles de kilómetros de distancia.


Uno de los principales fines de una Asamblea es la participación de todos en la toma de decisiones. Ciertamente nuestras votaciones son consultivas, pero sirven de guía a quienes han de desempeñar el ministerio de la autoridad a la hora de tomar decisiones que influyan en nuestra vida y misión. Para ayudarnos a esta tarea, también tuvimos ocasión de escuchar a algunos miembros de la Familia Oblata, especialmente a los laicos, quienes nos presentaron sus inquietudes misioneras.


Damos gracias a Dios por habernos permitido vivir este encuentro fraterno, presidido por la cruz del Fundador que el P. Chicho nos cedió amablemente. Sabemos que él nos quería como la familia más unida de la tierra, por eso pusimos todas estas intenciones a los pies de nuestra Madre, María, para que nos enseñe a cumplir la voluntad del Señor con sencillez, alegría y confianza, como ella supo hacer en su vida.





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