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Encuentro de la Familia oblata malagueña


El pasado sábado 6 de abril tuvimos un encuentro de familia oblata malagueña en la parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza y San Eugenio de Mazenod.  Los participantes éramos alrededor de cincuenta personas de todas las edades, entre las cuales estábamos laicos asociados que actualmente viven su fe en comunidades o en el grupo de AMMI, laicos de nuestra parroquia que se sienten cercanos al carisma oblato y tres oblatos de la comunidad de Málaga, Rafael OMI, Jean Maurice OMI e Ismael OMI. 


La jornada comenzó con la Adoración al Santísimo en la que meditamos sobre “el Pan Celestial y la Bebida de Salvación” siguiendo la lectura que ese día nos presentaba la iglesia en el Oficio de Lectura de la Liturgia de las Horas. Tras una hora de oración, el Padre Rafael OMI nos cautivó con un discurso sobre el carisma Oblato.  En la primera parte, de carácter formativo, nos explicó cómo Jesucristo Salvador es el centro del carisma, y el Apostolado o la Misión, la Comunidad, la Cruz, los Pobres y María Inmaculada son los cinco pilares del mismo.  Además, nos puso al corriente de la evolución de la Congregación con las Actas del último Capítulo General. 


En la segunda parte de la charla, de carácter más bien exhortativo, Rafael nos explicó las realidades laicales que existen actualmente. Primeramente, nos expuso todo lo que tenemos en común y, seguidamente, los rasgos que nos diferencian, invitándonos a ser más cercanos los unos con los otros y a tener siempre presente que caminamos juntos.   Pero lo más importante, como nos decía Rafael, es no perder nunca de vista la meta hacia la cual caminamos, que es hacia la santidad. La charla concluyó con una ovación por parte de los que allí escuchábamos, agradeciendo al padre Rafael por sus palabras y a todos los oblatos en general por guiar nuestro camino y estar siempre ahí para ayudarnos a ser cada día más santos. 


Con todo ello, seguidamente, nos reunimos por grupos según las realidades laicales de la parroquia para reflexionar sobre nuestra vivencia comunitaria, profundizando con las preguntas que trabajamos en el encuentro de familia oblata nacional en febrero de este año. Después del almuerzo, pasamos a la puesta en común de todo lo reflexionado y es ahí donde reconocemos la necesidad de vernos más, de conocernos más y de seguir remando juntos en nuestro apostolado, estrechando los lazos que nos unen fraternalmente y viviendo con más plenitud nuestro carisma.


Con una sensación de haber invertido nuestro día en un encuentro que necesitábamos y animados por el empuje que éste ha supuesto para nosotros, nos despedimos vislumbrando el camino a recorrer para llegar a ser una verdadera comunidad que peregrina con esperanza en comunión, cuya meta es la santidad.

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