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Y... el Capítulo comenzó



El pasado tres de septiembre, la familia oblata de España peregrinaba desde nuestra casa martirial, en Pozuelo de Alarcón, hasta la primera casa oblata en nuestro territorio, en la calle Diego de León de Madrid. 


Acompañados por un espléndido día, oblatos, oblatas, COMI y laicos nos unimos como Pueblo de Dios que camina en comunión y en Esperanza, siguiendo el carisma que el Espiritu Santo suscitó en la Iglesia por medio de san Eugenio de Mazenod.   


Dos paradas fueron especialmente significativas, al remarcar un hito en la historia de nuestra Provincia. La primera fue frente al muro de la casa de campo, cerca de la estación de tren de Aravaca. Nunca supimos donde fueron asesinados nuestros siete primeros mártires junto a Cándido Castán,por eso elegimos esta zona como posible. Frente a esa tapia de ladrillo, en una oracion silenciosa, cada uno pidió la fuerza y la valentía que ellos atesoraron para mantenerse firmes en la fe.


Nuestro camino prosiguió hasta Moncloa, donde un edificio que habitualmente pasa desapercibido, rememora, con sus sencillas cruces de la fachada, la tragedia de Paracuellos. Este lugar sirvió de pórtico a la oración de bendición por la que pedíamos a nuestro Dios su compañía en la peregrinacion de nuestra vida.


Finalmente, la parroquia de Virgen Peregrina, que con su mismo nombre nos invita a tener esta actitud vital propia de nuestra Madre, María, nos acogió para celebrar con gozo la misa y la mesa, haciendo realidad el deseo de nuestro Fundador expresado en nuestras Constituciones y Reglas: compartir lo que somos y lo que tenemos.


Gracias a todos los que participaron, tanto física como espiritualmente. Nuestra fe nos invita a mirar la realidad con ojos que reconocen otras presencias, lejanas geográficamente, pero muy cercanas en el corazon. Ahora toca rezar por este 37 Capítulo general  de los  oblatos, que podemos seguir en nuestra pagina de omiworld.org para poder poner rostro a tantos hermanos que entregan su vida al servicio de la Misión y a los que estamos unidos por los lazos de la caridad.

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